Un año más, las distintas actividades desarrolladas por las iniciativas diocesanas en torno a la Jornada Mundial del Trabajo Decente de 2018 han generado imágenes que condensan el esfuerzo desplegada y la urgencia de atender un llamamiento tan justo como este. La creatividad de las numerosas actividades y personas participantes demuestra bien a las claras el compromiso firme y constante de la comunidad cristiana en defensa del empleo con derechos y el reconocimiento del trabajo humano. Año a año, la convocatoria de este día internacional dedicada a una causa que la Iglesia ha hecho suya va consolidándose. Gracias por la entrega, la dedicación y el ingenio dedicado. Sin duda, hoy estamos más cerca de que el trabajo decente sea una realidad universal e inmediata, más en sintonía con el sueño de Dios para toda la humanidad.
