Opinión | Comercio justo y condiciones laborales dignas: dos conceptos inseparables

Ana Sancho, en el blog Cáritas con la economía solidaria

Desde su surgimiento en los años 60, el movimiento del comercio justo nace para denunciar las condiciones comerciales y laborales de los productores y productoras más vulnerables, que en aquel momento trabajaban en algunos casos en régimen de semiesclavitud por salarios ínfimos.

La protección de los derechos humanos, la justicia social y la seguridad económica forman parte del conjunto de criterios y objetivos del comercio justo. El criterio nº 7. “Asegurar buenas condiciones de trabajo” del conjunto de criterios del comercio justo de WFTO , obliga a las organizaciones contratantes a proporcionar un entorno de trabajo seguro y saludable para las y los empleados y/o miembros. Se ha de cumplir como mínimo, con las leyes nacionales y locales y convenios de la OIT sobre salud y seguridad. Las horas de trabajo y las condiciones para las y los empleados y/o de los miembros y trabajadoras/es a domicilio, han de cumplir con las condiciones establecidas por las legislaciones nacionales y locales y los convenios de la OIT.

Las organizaciones de Comercio Justo son conscientes de las condiciones de salud y seguridad en los grupos de productores a quienes compran. Se busca, de manera permanente, crear conciencia sobre temas de salud y seguridad y mejorar las prácticas de salud y seguridad en los grupos de productores.

Empleo digno, más allá de nuestras fronteras

Caritas, que forma parte de  Iglesia por el Trabajo Decente, está fuertemente involucrada en la lucha por unas condiciones laborales dignas y que se respeten los derechos de las personas en el empleo.  Pero esta lucha va más allá de nuestras fronteras, también en los países en los que Cáritas está presente, hay retos y también hay buenas prácticas, como en el caso de Bangladesh a través del Comercio Justo.

Una de ella es Corr-The Jute Works, cooperativa de artesanías perteneciente a Cáritas Bangladesh da ingresos a 5.000 mujeres. Una parte de lo que perciben se reinvierte en recursos alimentarios y económicos, sanidad y educación. También se las capacita para que sean capaces de gestionar sus cooperativas sin ayuda.

En Bangladesh, el salario habitual es de unas 4.000 takas al mes, unos 40 euros. Las beneficiarias de Corr están ganando 8.500 takas al mes, unos 80 euros. Un salario digno para ellas que les permite obtener ingresos y, al mismo tiempo, trabajar la igualdad de género y el empoderamiento económico. Ellas mismas han reconocido que antes de trabajar para Corr desconocían sus derechos. Caritas Española está comprando compra artesanías a Corr desde el año 2012 por un total de 89.010,98 US$, una media de 11.126,37 USD

Nuestro consumo afecta a las condiciones laborales

Una de las claves de la mejora de las condiciones laborales de las personas trabajadoras está en manos de los y las consumidoras/es. Al optar por productos producidos y/o elaborados asegurando unas condiciones de trabajo dignas y seguras, el pago de un salario adecuado, el mismo para ellos y ellas ante las mismas tareas, estamos contribuyendo a la construcción de una economía justa y solidaria y a la construcción de un modelo de trabajo digno para todas las personas, aquí y allá.