Habiendo leído y reflexionado la declaración de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente, hemos tomado conciencia de que el desempleo, el trabajo precario, la desigualdad en el acceso a un trabajo decente y la limitación al ejercicio de los derechos humanos que esto supone, son un atentado a la dignidad humana.
Tanto los papas Benedicto XVI y san Juan Pablo II como en actual papa Francisco han denunciado en varias ocasiones esta realidad, de la misma manera que lo han hecho la Organización Internacional del Trabajo y las Naciones Unidas (a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible).
Por ello, queremos responder al llamamiento del papa Francisco en defensa del Trabajo Decente (2015), sumándonos a esta iniciativa evangelizadora en la Diócesis.